"Cortaros el pelo!"( Alguien entre el público del Grand Ole Opry)
Tal día como hoy, hace 45 años, se ponía a la venta el sexto disco de The Byrds. Sweetheart Of The Rodeo no fue el primer disco de country-rock de la historia pero estoy seguro que cada vez que vemos esas dos palabras juntas (o separadas por un guión) lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen de esa chica con sombrero vaquero y falda de flecos. También, seguro, nos asalta la imagen de ese señorito del Sur que respondía al nombre de Gram Parsons y que recalaría en la banda porque McGuinn buscaba un pianista. La influencia del autor de "Hickory Wind" en el giro que supuso este álbum es de todos conocida: escribió los dos únicos temas originales, propuso buena parte de las versiones que se incluyeron y puso la voz en varias de aquellas canciones pero Sweetheart Of The Rodeo no sería lo mismo sin el trabajo de Gary Usher en la producción, sin el piano honky-tonk de Earl P. Ball, la pedal-steel guitar de JayDee Maness o la guitarra eléctrica del gran Clarence White; aún menos, sin la enorme labor de Roger McGuinn y Chris Hillman, ya fuera encargándose del banjo y la mandolina, embelleciendo las canciones con sus armonías (enorme Hillman en la citada "Hickory Wind") y su labor en los arreglos de "I Am A Pilgrin" o "Pretty Boy Floyd".
La respuesta americana a los Beatles, los pioneros de la psicodelia, el space-rock o el raga, el grupo que hizo bailar a Bob Dylan,... cantos a la vida cristiana, corazones rotos ahogados en el fondo de una botella, almas condenadas a pudrirse entre los umbríos muros de una prisión, la conservadora Nashville en lugar de la hippie California... sin la perspectiva que nos da el tiempo es lógico que "los hijos de la Era de Acuario" se sintiesen, cuando menos, desconcertados,... es igual, la escena singer-songwriter de Laurel Canyon o la posterior hornada de bandas del llamado country alternativo tomarían buena nota...