viernes, 30 de diciembre de 2011

WANT MORE


Descubrí a JC Brooks & The Uptown Sound de casualidad navegando por la red con el vídeo de "Baltimore Is The New Brooklyn" hace dos años y me quedé prendado al instante. De inmediato empecé a rastrear su pista y cuál fué mi sorpresa cuando comprobé que su primer disco, Beat Of Our Own Drum, estaba recién editado por lo que enseguida estuvo en mi poder, momento desde el que siento a este combo de Chicago un poco como mío.

Y así esperaba, con una mezcla de impaciencia y de miedo a que no superasen la prueba del segundo disco, la publicación de lo que debía ser la continuación de ese primer álbum. Tan solo con los primeros compases esos nubarrones se fueron disipando porque sí, ahí estaba, corregida y aumentada, la fuerza que guiaba los temas de su debut. Autenticidad es la palabra que mejor define su música, una música y unas canciones reales, sin impostura; los arreglos son los justos y necesarios, un piano aquí, una trompeta y un saxo tenor allá, una introducción con Wurlitzer, pero sin desviar la atención del centro de las canciones, de su meollo que no es otro que la plástica sección rítmica que forman el bajista Ben Taylor y la batería de Kevin Marks, la carismática presencia de JC Brooks y la guitarra del cerebro musical de la banda, Billy Bungeroth. Algunos críticos hablan de garaje-soul, digamos más bien que arremeten contra el R&B, el soul y el funk con la energía de Detroit (no por casualidad los Stooges y Funkadelic son citados por ellos como algunos de sus referentes).

Con esos ingredientes consiguen algo tan complicado de hacer como capturar los efluvios provenientes de las gloriosas décadas de los 60 y 70 pero sonar atemporales, sin asomo de nostalgia retro o revivalismo. Somos un grupo del s.XXI, parecen decirnos con su imprescindible versión del "I Am Trying To Break Your Heart" de Wilco. Y esa consciencia de en qué momento viven en ningún momento implica una producción de artificiales atmósferas "modernas".

Momentos tan destacados como "Missing Things", donde logran decifrar la clave para sonar a la vez campestres y urbanos, o el tema con el que se despiden, "Awake", un himno para estos tiempos de crísis y que guiña un ojo a los Impressions, hacen de Want More el faro perfecto para arrojar luz sobre el año que comienza.

martes, 20 de diciembre de 2011

LA HERMANA PEQUEÑA

Un día te levantas y no sabes cómo ni por qué, ahí está, instalada en tu cabeza sin antes pedir permiso, sin que necesariamente la hubieses escuchado el día anterior o sonase en un anuncio o una película, sin preliminares, vamos. Me refiero por supuesto a esa canción okupa que llega para quedarse por unos días y convertirse en una obsesión. Imagino que a todos nos pasará a menudo, al menos a mí sí...afortunadamente la de hoy es esta "Little Sister", cara B de un single de 1961 (la cara A la ocupaba la deliciosa "His Latest Flame") que con su contagioso ritmo (atención a ese toque de batería y al poderoso bajo) y una increíble guitarra nos traía al Elvis más roquero, desmintiendo que en los 60 únicamente facturase baladas.

Y es que si esto no es auténtico raunch n´ roll...


viernes, 16 de diciembre de 2011

KISS MEETS THE REPLACEMENTS

Cuenta la leyenda que por estas fechas pero hace 27 años un nutrido grupo de jefazos de las principales compañías discográficas acudieron, con las billeteras a buen recaudo, al CBGB de Nueva York para ver sobre el escenario a una joven banda de nombre Gary & The Boners. Entre esos gerifaltes se encontraba el ahora-estrella-del-rock-ahora-hombre-de-negocios Gene Simmons quien, con el símbolo del dólar reflejado en sus pupilas, acudía a contemplar a ese grupo que acababa de asomar tímidamente la "patita" desde el underground con su último disco y del que decían que podía ser the next big thing.

Gary & The Boners, en efecto, no eran otros que The Replacements y lo que pasó a continuación...inevitable puesto que el bajista de KISS, al oír la grandiosa y ácida versión de "Black Diamond", algo para lo que no debía estar preparado, no tardó dos segundos en abandonar horrorizado el antaño templo del punk de la Gran Manzana, no sabemos si pensando en interponer una denuncia a esos niñatos.

Sin embargo, otra "estrella" del rock, nunca mejor dicho, se encontraba en el local, Alex Chilton, quien no tenía tantos remilgos y esa misma noche tras acabar el concierto sería presentado a Paul Westerberg y compañía aunque esto ya es otra historia.




martes, 13 de diciembre de 2011

SORRY MA, FORGOT TO TAKE OUT THE TRASH


En este 2011 que llega a su fin se ha cumplido el 30 aniversario del debut discográfico de The Replacements que si bien no alcanza las cotas de sus obras futuras sí merece una revisión y ante todo un sitio en el corazón de todo fan de los de Minneapolis. Porque aún careciendo de la calidad superlativa de la sagrada trilogía que conforman Let It Be, Tim y Pleased To Meet Me e incluso de la oscura y serena madurez de los subestimados Don´t Tell A Soul y All Shook Down (en Long Black Limousine defenderíamos ambos títulos con las manos si hiciese falta) este Sorry, Ma... (impagable título por cierto) es uno de los artefactos más adictivos de la escena alternativa de los 80.

Guiadas por la adrenalínica base rítmica que conformaban el carismático Tommy Stinson y Chris Mars y con un Bob Stinson transformado en guitar-hero las composiciones de Paul Westerberg estallan ante el oyente entre aldabonazos hardcore ("Customer", "Otto"), el punkabilly de "Love You Till Friday" y cortes de puro punk-rock americano caso de "Takin´ A Ride" o "Don´t Ask Why". Como reza en la portada: "File Under Power Trash".

Pero aún así éste no es un álbum de punk cualquiera puesto que los ´Mats no eran una banda cualquiera. No hace falta rascar demasiado en la superficie para atisbar las influencias que los hacían destacar del resto de compañeros de escena (Kiss, Stones, Chuck Berry...) lo que confiere a las canciones de una dinámica y una estructura "clásicas", alejándolas del mero ejercicio de estilo; y por encima de todo, asegurándose la inmortalidad de dichas canciones, las letras del genio Westerberg y sus retratos de adolescentes suburbiales debatiéndose entre el deseo y la alienación ("I hate music/Sometimes I don´t/I hate music/It's got too many notes/I hate my high school/Sometimes I went/I hate my father/One day I won´t") o, como esperando ser descubierta, la romántica elegía pop dedicada a Johnny Thunders, "Johnny´s Gonna Die" que habría encajado en cualquier elepé posterior del grupo ("Johnny always takes more than he needs/Knows a couple chords, knows a couple leads/Johnny always needs more than he takes/Forgets a couple of chords, forgets a couple of breaks").





viernes, 9 de diciembre de 2011

WILD IS THE WIND


Mientras que Nina Simone rechazaba toda etiqueta ("Yo lo que hago es música clásica negra") muchos críticos hacían hincapié en una supuesta indecisión (del blues al jazz, del pop al soul, de Broadway al folk) para negarle la merecida entrada en el Olimpo. Todos los campos fueron pisados por la diva de voz trémula en un desafío constante al oyente del que no escapa esta obra de 1966 que supuso mi primer contacto con su música.

La exultante "I Love Your Lovin´ Ways", con una Simone más vivaz que nunca choca de inmediato con la furia, apenas contenida durante su desarrollo, desatada en su final, de "Four Women", viaje a la resignación, la ira, el dolor y el orgullo que marcan la existencia de las protagonistas de la canción. "What More Can I Say" y "That´s All I Ask" se mueven entre lo íntimo y lo sinfónico y en medio de ellas, suspendida en el tiempo, eterna, "Lilac Wine" (justo es reconocer que ese "primer contacto" con Nina Simone tendría lugar a través de las rendiciones que de los dos últimos temas citados haría el añorado Jeff Buckley).

"Break Down And Let It All Out" se asemeja a un paseo en una montaña rusa. Cierto aroma latino desprende "Why Keep On Breaking My Heart" donde la voz de Nina suena deliciosamente andrógina. "Wild Is The Wind" con sus siete minutos de arabescos vocales y pianísticos hace contigo lo que quiere. Emocionales y emocionantes, impúdicamente desnudas "Black Is The Color Of My True Love´s Hair" e "If I Should Lose You". Y como rúbrica de ese eclecticismo , "Either Way I Lose", un delicioso pop orquestado que tal vez sea el corte más accesible de un álbum y, ante todo, una figura a reivindicar más allá de campañas publicitarias.

sábado, 3 de diciembre de 2011

SAILIN´ SHOES


Me había prometido no empezar esta entrada hablando de lo injustamente olvidados que están Little Feat siendo una de las mejores bandas de los 70 pero es de recibo hacerlo y es que creo no equivocarme si digo que su influencia (pregunten a los Stones circa Exile) ha sido inversamente proporcional  a la repercusión que hoy día tiene su nombre. Nombre que puede mirar de tú a tú a iconos de la música estadounidense como Grateful Dead, Allman Brothers o los sagrados The Band; insisto, citadle el nombre de Lowell George a Chris Robinson, Dylan o Emmylou Harris y seguro que os invitan a algo (bueno, en el caso de Bob con suerte os farfullará algo inaudible). Y es que su música, un cóctel de R n´ R, blues, country e incluso jazz únicamente podría salir de esa América de los 70 donde todas aquellas etiquetas daban lugar a una sola: pura música americana.

Sailin´ Shoes, su segundo elepé, es un ejemplo perfecto de lo expuesto arriba; así, "Easy To Slip" es un exuberante single de apertura, una pequeña pieza de orfebrería  que linda con el mejor pop californiano mientras que "Cold, Cold, Cold" con una increíble batería de punch tan rockero como funky, se presenta como uno de los grandes temas de Little Feat que para sí quisiera cualquier artista de la época. La delicada balada country-blues de "Trouble" te hará llamar a tu madre y en "Tripe Face Boogie" brillan con luz propia la slide y la armónica de Lowell George. "Willin´" debería ser considerado todo un clásico a estas alturas, uno de esos temas de carretera que únicamente podría venir firmado por una banda americana.

Tanto Lowell George como el bajista Roy Estrada venían de la factoría Zappa y eso no sólo se nota en el sonido de la sofisticada "Cat Fever" sino en el peculiar humor que impregna la letra de un tema como "A Apolitical Blues". Su sabiduría y sutileza musical queda patente en "Got No Shadows" y ese R&B a lo Nueva Orleans que titula el disco. "Teenage Nervous Breakdown" con su ritmo rockabilly poseído por Jerry Lee Lewis lo pone todo patas arriba y, como despedida, "Texas Rose Cafe", un tema cuasi-progresivo (con interludio jazzy incluído) bastaría para dejar el nombre de Little Feat escrito con letras de oro en la mente de todo aficionado al rock de los 70.


viernes, 25 de noviembre de 2011

MIS LIVE ALBUMS PREDILECTOS

Desde aquellos tiempos en que tenías que reservar las carísimas cintas de 90 minutos para grabártelos he tenido querencia por los discos en directo. Darle al play, cerrar los ojos e imaginarte en las primeras filas del Fillmore o chillando en el Budokan rodeado de fans japoneses...así que hoy me apetecía compartir algunas de esas joyas (aunque la lista podría ser muchísimo más extensa).

10) Get Yer Ya-Ya´s Out - The Rolling Stones; el Madison Square Garden y los Stones en su punto justo de cocción.
Un momento: una "Midnight Rambler" que fulmina su versión en estudio.

9) Live In Europe - Otis Redding; Otis conquistando el Viejo Continente sin tomar prisioneros.
Un momento: segundo asalto ("Can´t Turn You Loose") y vencedor por K.O.

8) Aretha Live At Fillmore West - Aretha Franklin; los hippies de San Francisco de rodillas ante la Reina.
Un momento: la sentida "Don´t Play That Song".

7) Live At The Apollo - James Brown; el Padrino del Soul forjando su leyenda.
Un momento: los DJ´s de la época lo pinchaban como si de un single se tratara así que...pero diremos ese frenético medley final.

6) If You Want Blood You´ve Got It - AC/DC; electricidad desbocada en un ejercicio de rock n´ roll desenfrenado.
 Un momento: Angus!!!...Angus!!!...

5) At Folsom Prison - Johnny Cash; botas de vaquero, actitud punk y una prisión convertida en una caldera.
 Un momento: "I shot a man in Reno just to watch him die"...y el "público" estalla.
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4) Alive! - KISS; the hottest band in the world desplegando su magia en el escenario.
Un momento: el fin de fiesta con "Rock And Roll All Night" y "Let Me Go, Rock N´ Roll".

3) Aloha From Hawaii - Elvis Presley; el canto del cisne del Rey.
 Un momento: Elvis dejándose el alma en "You Gave Me A Mountain".

2) Live At Leeds - The Who; la banda en directo por antonomasia en su hábitat natural.
Un momento: "My Generation" se va a los 16 minutos y nace el rock de los 70.

1) Live At The Harlem Square Club, 1963 - Sam Cooke; un artista y su audiencia en una celebración de La Música.
Un momento: "Bring It On Home To Me" y el público comiendo de su mano.

martes, 22 de noviembre de 2011

UN TAPIZ MÁGICO

A veces es necesario, y más si han pasado ya 40 años, dar un paso atrás para no perder la perspectiva y recordar que "It´s Too Late", "So Far Away", "A Natural Woman", "I Feel The Earth Move", "Will You Love Me Tomorrow?" o "You´ve Got A Friend" pertenecen todas a un mismo disco, vienen firmadas por la misma persona y, lo que es más importante, siguen hablando de lo que verdaderamente importa; de enamorarse y sentirse vivo, de desenamorarse y sentirse aún más vivo, de estar lejos de los tuyos, añorándolos, y de la amistad incondicional.

Todo envuelto en un sonido hogareño muy especial, de arreglos tan tangibles como invisibles en torno a una voz sin adornos, ahora triste, ahora vibrante, capaz de transmitir la más hermosa melancolía, directa al corazón.

martes, 15 de noviembre de 2011

KRISTOFFERSON


Una serie de postales teñidas de melancolía y frustración, viñetas protagonizadas por personajes en busca del deseo y una efímera redención. Una portada así no deja lugar a dudas sobre qué encontraremos en su interior.

Como si de "Rainy Day Women #12 & 35" se tratase "Blame It On The Stones" abre el disco con su aire de cacharrería, dejando en evidencia la hipocresía de los llamados padres de la patria en una época de guerras y  asesinatos políticos. "To Beat The Devil" es una esperanzadora oda confesional, un agradecimiento a Johnny Cash y June Carter por su ayuda para vencer a ese diablo con forma de botella. No es posible decir algo nuevo sobre la que simplemente es una de las mejores canciones jamás escritas, "Me And Bobby McGee", con versos que parecen salidos de la boca de un forajido de Peckinpah ("libertad es sólo otra forma/de decir nada que perder/y nada no es más que nada, pero es gratis").

La trotona "Best Of All Possible Worlds" se ve empequeñecida al encontrarse entre el inmortal tema que popularizaría Janis Joplin y "Help Me Make It Through The Night", la ardiente súplica a una amante (una prostituta?) para que conceda algo más que su cuerpo. De nuevo la reivindicación y la evidencia de la fractura generacional hacen acto de presencia en "The Law Is For Protection Of The People" mientras que la cinematográfica "Casey´s Last Ride", el encuentro entre dos almas perdidas en una ciudad poblada por almas no menos perdidas que las de los dos protagonistas, es una de las composiciones más subvaloradas del cancionero de la época que de venir firmada por cierto genio huraño de Duluth tendría otra consideración. Buscando acercar Nashville y Los Ángeles aparecen la cálida "Just The Other Side Of Nowhere" y la triste "Darby´s Castle".

Ahora estamos ante "For The Good Times", ante el último beso, el último roce, ante la última mirada, la última noche, ante una de las más hermosas canciones de amor ("Lay your head upon my pillow/Hold your warm and tender body close to mine/Hear the whisper of the raindrops blowin´ soft against the window/And make believe you love me one more time/For the good times"). Y nos mecemos en una nube de la que a duras penas nos podrán bajar las cuerdas de "Duvalier´s Dream" y cuando lo hagamos solamente tendremos como asidero las emocionantes voces a lo Simon & Garfunkel que guían el estribillo de la elegíaca "Sunday Mornin´ Comin´ Down", bella manera de acabar el viaje.

Lo que hoy llamamos country alternativo estoy seguro que no existiría sin elepés como éste.

viernes, 11 de noviembre de 2011

CEGADO POR LA GRAN ESTRELLA

Los acordes que abren la dolorosa "Feel" son la puerta de entrada a una obra de arte a la que intentar ponerle palabras se me antoja inútil, y es que da igual las veces que haga sonar #1 Record, sé que en cuestión de segundos mis sentidos serán arrebatados de nuevo. Así que comienza "The Ballad Of El Goodo" vuelve esa sensación de estar ante algo más grande que la vida al igual que cuando escuché por primera vez a The Band y su "Whispering Pines". El solo de guitarra que adorna "In The Street" bien podría ser, en su desnuda épica, uno de los más infravalorados de la historia de la música y junto a la zeppeliana "Don´t Lie To Me" una demostración de la arrolladora versatilidad de Big Star.

El tiempo se detiene porque es el momento de "Thirteen", de sentir de nuevo que los adultos no te entienden, que el mundo está contra tí, que si esa chica de clase te diera un beso nada de eso importaría y que si la suerte es esquiva siempre podrás refugiarte en tu habitación donde tus héroes esperan para que hagas sonar una vez más sus canciones. "The India Song" es una oda cuyo barroquismo, pintado de colores por una hermosa flauta, remite a David Crosby. Tras ella, un viaje a la inocencia y exuberancia de una década como la de los 70 de la mano de "When My Baby´s Beside Me" y "Life Is Right".

Y de nuevo llega el otoño y me encuentro con la cara pegada al frío cristal de la ventana mientras las canciones, conocedoras de un hechizo único, me transportan con esa capacidad evocadora que posiblemente tan sólo poseen ellas; "Give Me Another Chance"..."Try Again"...tan bonitas que hiere..."Watch The Sunrise"...tan hermosa que puede curar...lo dicho, las palabras están de más...

sábado, 5 de noviembre de 2011

TEMAZO MEGAMELÓMANO

Mi primera elección era "Back in the saddle" de Aerosmith pero me parecía demasiado obvia así que mejor esta balsámica gema del superlativo Stanley Road.

VA POR UD. MR. FUCKIN´PERRY, QUE NO LE MAREEN MÁS!!!


viernes, 4 de noviembre de 2011

SHEIK YERBOUTI


Decir que Zappa es un universo en sí mismo resulta un lugar común, pero es que hay artistas de rock, artistas de jazz...y luego está Frank Zappa. Enfrentarse a una obra tan ingente como la suya supone todo un desafío y es que no se puede aprehender con tres o cuatro discos, mucho menos con temas recopilados aquí y allá.

Dicho esto no es menos cierto que también podemos encontrarnos con una serie de álbumes extraordinarios que sin rehuir el riesgo y la imaginación de sus trabajos más experimentales se presentan como respuestas ideales a esa pregunta tan recurrente de ¿por dónde empiezo con Zappa?.

Uno de esos candidatos sería este Sheik Yerbouti, el cuál recoge composiciones que llevaban tres años esperando ver la luz, hecho por el que quizás la variedad de estilos nos retrotrae a los tiempos con The Mothers Of Invention, si bien, apelando a lo dicho antes, éstas están infinitamente más orientadas al concepto típico? de canción.

Con una banda en la que destacaban Terry Bozzio a la batería y Adrian Belew a la guitarra y combinando pistas de estudio y de directo adentrarse en este doble LP es adentrarse sin solución de continuidad en el planeta Zappa, un lugar donde no cabe más que dejarse epatar por momentos tan destacables como el jazz-rock de "Yo´ Mama", el soul de terciopelo de "I Have Been In You", la desbocada "I´m So Cute" (punk de vanguardia?), el cuasi-hit y polémicamente incorrecto "Bobby Brown" o la descacharrante "Flakes" con un Belew demostrando sus dotes de imitador de Dylan.


viernes, 28 de octubre de 2011

GETTIN´ PRETTY GOOD AT BARELY GETTIN´ BY


No se puede decir que The Four Horsemen fuesen una banda con suerte. Tras ser fichados por Rick Rubin para su sello Def American lanzaron su primer álbum, producido por el propio Rubin, en 1991 sin la repercusión esperada. Demasiado hell raisers para la industria entraron en un impasse de cuatro años y para cuando decidieron intentarlo de nuevo se encontraron con la repentina muerte de su batería original a quien estaría dedicado el nuevo disco. Lamentablemente no sería ésta la única jugarreta que les deparaba el destino puesto que en 1997 el cantante Frank C. Starr sufriría un accidente de moto que le tendría en estado de coma varios años hasta el fatal desenlace.

Aunque como testamento dejarían un disco que no inventaba nada y ni falta que hacía. Como si de un hijo bastardo del Shake Your Money Maker y Powerage se tratase Gettin´ Pretty Good... se abría con una insuperable y, paradójica, a la vista de los acontecimientos, versión de "Still Alive And Well" de Rick Derringer y durante una hora himnos hardrockeros como "Rock My Universe" o la acedeciana "Back In Business Again" se combinaban con épicas baladas (la sentida "Song For Absent Friends"), medios tiempos de aroma honky-tonk ("Hit The Road"), potenciales hits como "Keep On  Keepin´On" o la radiable "Keep Your Life", el boogie acelerado de "Hot Rod" y temas que parecían venir firmados por unos Black Crowes hasta arriba de esteroides caso de "Drunk Again".

Si sientes algo por álbumes como los citados antes, Nuthin´ Fancy de Lynyrd Skynyrd o el Electric de The Cult deberías pinchar al menos una vez este Gettin´ Pretty Good At Barely Gettin´ By.



sábado, 22 de octubre de 2011

WHENEVER WE WANTED


Tras el maduro y reflexivo Big Daddy John Mellencamp, por primera vez sin el Cougar, inauguraba la década de los 90 con un retorno a las raíces y al músculo rockero de obras pretéritas como Uh-Huh. Y es que desde el instante en que comienza a sonar el primer tema, "Love And Happiness", no hay duda de que las guitarras van a ser las protagonistas e incluso en composiciones más atmosféricas caso de "Last Chance" o la negra "Melting Pot" hay espacio para que se luzcan las seis cuerdas.

Todo lo que hace tan especial la música del de Indiana se encuentra en este Whenever We Wanted, caso de su carismática voz y esas melodías tan especiales ("Now More Than Ever" o "They´re So Tough" y ese i don´t believe it has to be this way) sin olvidar la aportación  de escuderos de lujo como su sempiterno batería Kenny Aronoff, insuflando esa energía única que desprende el LP, tan palpable en números como "Again Tonight",  las bailables "I Ain´t Ever Satisfied" y "Get A Leg Up" o la tan rootsy como stoniana "Crazy Ones".

Y es que en un hipotético canon con lo mejor del rock americano de los últimos 20 años Whenever We Wanted (y de paso el tema homónimo) merecerían ocupar un lugar más que destacado. Por cierto, debería hacérmelo mirar o a alguien más le evoca la portada de alguna extraña manera la del Bring It All Back Home dylaniano.

viernes, 14 de octubre de 2011

FEAR NOT THE OBVIOUS


Estos días he estado recuperando de manera obsesiva el disco que reunió bajo el nombre de The Yayhoos a los inefables Dan Baird y Eric Amble, quienes si hubiera justicia deberían haber alcanzado el estatus de estrellas hace tiempo, junto a Keith Christopher y Terry Anderson convirtiéndose de inmediato en uno de mis álbumes predilectos de la pasada década. Cuatro currantes del rock repartiéndose el puesto ante el micrófono, así como la autoría de los temas, e impartiendo una clase magistral sobre qué hacer con dos guitarras, un bajo y una batería.

Si eres de los que tuerce el gesto ante estos "proyectos de serie B", arrodíllate en cuanto llegue a tus oídos "What Are We Waiting For", la cuál lleva inscrita en el ADN lo mejor del rock americano, y si te sientes huérfano desde que Ronnie Van Zant se subió a ese avión pincha "Get Right With Jesus" y deja el modo repetición. "Monkey With A Gun" viene a ser como tener a Mick Jagger al frente de ZZ Top y "I Can Give You Everything", una invitación para quedarse afónico. La hora de calmarse, sacar la guitarra acústica y salir al porche llega con la campestre "Bottle And A Bible".

El Nuevo Rock Americano de los años 80 asoma al dar inicio "For Cryin´ Out Loud". "Oh! Chicago", un boogie con el que se te irán los pies, no podría tener un título más apropiado. Por primera vez en todo el disco el rock n´ roll se acerca a los sonidos monolíticos del hard-rock en la ominosa y netamente 70´s "Wicked World". Como perros viejos (y sabios) que son  Baird y cia. colocan a continuación la encantadora "Baby I Love You", de cadencia swing, para dejar que las guitarras vuelvan a crujir y soltar chispas en las frenéticas "Hunt You Down" y "Hankerin´", modo inmejorable de rematar Fear Not The Obvious en todo lo alto sino fuera porque faltaba...una versión del "Dancing Queen" de ABBA (por cierto, que tendrá el tema de los suecos que también ha sido versionado por Redd Kross?) que sin duda te hará gozar mientras esbozas una sonrisa.

Hagamos ruído, este Fear Not the Obvious es el mejor LP de The Rolling Stones desde Tatto You...


martes, 11 de octubre de 2011

BANDWAGONESQUE


Aparentemente más apreciados al otro lado del Atlántico, ahí están sus giras con Uncle Tupelo o Nirvana, cuando salió a la venta el que por entonces suponía su tercer disco se puso demasiado énfasis en el supuesto carácter derivativo de sus canciones cuando tres años después Oasis o Blur serían celebrados como salvaguardas de las esencias patrias. Una caprichosa pataleta porque de lo que va hoy es de conmemorar el vigésimo aniversario del álbum de la saca de dinero y que los escoceses siguen en pie y en forma (notable su Shadows del 2010).

Temas con vocación de himno como "What You Do To Me", "Star Sign" o el que abre Bandwagonesque, "The Concept", a la par épico y melancólico, no dejan lugar a dudas de la época en que vieron la luz. Así como de que el sonido enmarañado no puede ocultar el talento para las melodías y las armonías de los Fanclub. Lo mismo se podría decir de "I Don´t Know" con esas guitarras deudoras de Sonic Youth.

"December" se mece entre Alex Chilton y Brian Wilson y en "Metal Baby" o "Pet Rock" el power-pop se funde con el sonido noise. Aunque personalmente me quedaría con las hermosas, tristes y quejumbrosas "Sidewinder" y "Alcoholiday" que dan paso para cerrar este Bandwagonesque a "Guiding Star", surgida de las brumas del Sister Lovers de Big Star y a la instrumental (tributo al sonido Manchester?) encerrada en la, irónica ó no, pregunta "Is This Music?", extrañamente fascinante .

Lo mejor de todo es que tras este hito de la escena independiente Blake, Love y McGinley se cortarían el pelo, abrazarían el clasicismo y legarían para la posteridad dos gemas atemporales que responderían al nombre de Grand Prix y Songs From Northern Britain.

martes, 4 de octubre de 2011

COMO LA TORTILLA DE MAMÁ

"Hide your Colors" lleva sonando dos minutos y ya estoy un poco más contento que hace un rato; creo que era Joserra quien hablaba de que te podías enfrentar a este disco en plan no va a ser un nuevo TTGG o ser más oso amoroso. Puede que sea un blando entonces porque en cuanto sonaron al unísono las voces de Louris y Olson esbocé una de esas sonrisas que podríamos calificar de estúpidas, de esas que te sorprenden y que casi te avergüenzan a pesar de ser tú el que la llevas encima. Llega el solo de guitarra, pienso en George Harrison asintiendo con la cabeza y vuelve esa sonrisa bobalicona.


¿He oído la palabra química?, ¿falta de química?, cómo se mide, ni que fuéramos Standard & Poor´s calificando deudas de estados por medio de  aes y signos positivos. Hay magia en "Tiny Arrows", en esa invitación a bailar que es "Guilder Annie", quiero salir a la calle para poder pasear canturreando "She Walks in So Many Ways", me da igual si suena facilona, a lo que se espera que suene una jayhawksong, posee la especial y agradable familiaridad de la comida casera, me hace feliz al igual que cuando iba a casa de mi abuela y había macarrones para comer o puedo comer la tortilla de mamá, justo como me gusta, hecha para mí, así no hay manera de no disfrutarla. En su punto.
A la vez es un disco ambicioso, las guitarras son fabulosas, hay arreglos de cuerda, las mansiones de Laurel Canyon proyectando su sombra, Karen Grotberg y Tim O´Reagan enriqueciendo los temas como antaño y Marc Perlman en la sombra pero imprescindible tal que si se tratara de todo un Chris Hillman. ¿He dicho ya que Mockingbird Time me está haciendo feliz?

 Perdonad pero voy a colocarlo en la estantería cerca de Rubber Soul, de Turn! Turn! Turn!, de Radio City, del Harvest, incluso de Desire (esos violines!!!), para no olvidarme que en 2011 The Jayhawks volvieron para poner una estúpida sonrisa en mi cara.

sábado, 1 de octubre de 2011

MIS 10 DE...

Prometo que se acabó Miles por un tiempo pero es que ha sido difícil resistirse a pasar unos días inmerso en su música y su figura con motivo del aniversario de su muerte. Aunque se bien que esto es sólo una excusa porque con él, al igual que me sucede con Elvis, o los Stones, o los Byrds, Dylan o Led Zeppelin cualquier pretexto es bueno para que en casa únicamente suene su música (además simplemente hemos rememorado varios de sus álbumes y rendido tributo el fatídico 28 de septiembre); la música del hombre que nos tiñe el alma de azul, que nos arrastra bajo mareas de electricidad y que hizo arte de los silencios...

1) Kind Of Blue
2) A Tribute To Jack Johnson
3) Bitches Brew
4) Milestones
5) On The Corner
6) Sketches Of Spain
7) Workin´ With The Miles Davis Quintet
8) In A Silent Way
9) Birth Of The Cool
10) Get Up With It



martes, 27 de septiembre de 2011

WORKIN´/ON THE CORNER

Desconozco cuando el jazz pasó a engrosar las filas de la llamada "música culta", si lo hizo con la aparición de canales de TV por satélite tipo Mezzo o sucedió antes pero creo que no fue lo mejor que pudo pasarle. Ni recuerdo la de veces que oí eso de que para disfrutar esta música hay que "entender lo que está pasando"; no sé, no tengo ni idea de lenguaje musical y mucho menos soy músico, de hecho lo más cerca que he estado de serlo fue en el colegio cuando nos enseñaron a tocar "Noche de paz" con la flauta dulce (y creo que sin pretenderlo me saqué de la manga una versión free-jazz) así que no podría estar más en desacuerdo, lo que pienso que hay que hacer es "disfrutar y sentir lo que está pasando".

Además los expertos a veceees...de los músicos que crearon la maravillosa música del primer disco que protagoniza este post dijeron cosas como que Philly Joe Jones tocaba la batería demasiado fuerte, de Red Garland que era un pianista de bar y de Coltrane que no podía tocar (sic). De dos sesiones que se sucedieron en 1956, el combo liderado por Miles Davis, y que completaba Paul Chambers al contrabajo, dieron a luz material para 4 álbumes de los cuales cualquiera podría ser hoy ese protagonista que decia arriba pero me quedo con este Workin´ with The Miles Davis Quintet porque fue uno de mis primeros discos de jazz y porque se abre con "It Never Entered My Mind", la balada que debería ponerme todos los días al acostarme para acurrucarme mientras me mece, ejemplo perfecto de la expresividad y emoción que transmite la música que nos regaló un quinteto histórico.

El segundo protagonista de hoy desde luego es otra cosa; On The Corner no iba a ponerle las cosas fácil a nadie desde un principio empezando por los críticos, Miles se negó a incluír en las notas originales no sólo los nombres de los músicos que participaban sino también los de los instrumentos que tocaban. Que abran las orejas, venía a decir. Y es que si aún Bitches Brew tenía algo a lo que "agarrarse" puesto que la base rítmica era relativamente ortodoxa, la música de On The Corner parece no tener ni principio ni fin, como si de un bucle se tratara. No sabes si lo que suena es una trompeta o un zumbido y todo tipo de percusiones exóticas sacuden tus oídos. Pero no existe nada tan Funk!!! Es África y la India dándose un paseo en pantalones de campana por el Bronx.

Dos obras fetiche del genio de Miles Davis que tal vez no sean los primeros en venir a la mente pero que incluiría sin dudar en mi top particular aunque esto...otro día.


viernes, 23 de septiembre de 2011

A TRIBUTE TO JACK JOHNSON


El próximo miércoles se conmemora el 20º aniversario de la muerte de Miles Davis así que durante unos días en esta limusina sólo se escuchará al genial trompetista.

"Soy negro. Nunca permiten que lo olvide. Sí que soy negro.
Nunca les permitiré que lo olviden"
(Jack Johnson)
Cuando Miles Davis recibió el encargo de poner música a un documental sobre el primer boxeador negro que se alzó con el título de campeón de los pesos pesados en 1908, un personaje  orgulloso y altivo dentro y fuera del ring de nombre Jack Johnson, el músico de Illinois debió de sentir más de una conexión con el homenajeado. Junto a Teo Macero en la producción (y edición) y acompañado de Billy Cobham y Michael Henderson, batería y bajo respectivamente, Herbie Hancock al órgano, Steve Grossman al saxo y John McLaughlin a la guitarra este A Tribute To Jack Johnson supone una inmersión total en coordenadas netamente rockeras. Si ya desde In A Silent Way y, sobre todo, Bitches Brew se hablaba de ese acercamiento (creo que más por la utilización de instrumentos eléctricos que por el sonido en sí) aquí se toma por asalto la música rock desde el riesgo y la improvisación jazzística.

John McLaughlin, cuyas instrucciones eran tocar su instrumento como si no supiera hacerlo, abre la pieza que ocupa la cara A, "Right Off", con unos acordes que si te despistas pueden hacerte pensar por un instante en Pete Townshend. La trompeta de Miles Davis irrumpe como un alarido, sonando agresiva y visceral y mientras Herbie Hancock y Grossman se mantienen en un segundo plano recreámonos en la intensidad de una base rítmica que no decae en los casi 27 minutos que dura este asalto.

"Yesternow", la pieza de la cara B, resulta más lánguida y etérea, hasta que, tras la inclusión de un fragmento de "Shh/Peaceful" ( de In A Silent Way) Mike Henderson hace honor a su pasado en la Motown remontando este "Yesternow" a base de funky con un McLaughlin que no conforme con haber dado una lección de distorsión, wah-wah y fuzz, se calza como si nada las botas de cierto guitarrista de Seattle; y es que si la muerte de Jimi Hendrix nos privó de ese album que iba a reunirlo con Miles Davis y Gil Evans podemos "consolarnos" con Jack Johnson, lo más parecido a una The Miles Davis Experience.  

jueves, 4 de agosto de 2011

Un día de compras

No hay nada como hacer una "escapadita", recorrer durante una hora una tienda y salir de ella con unos cuantos discos bajo el brazo. Hoy fué uno de esos días...















Y también con tiempo para perderse entre estanterías llenas de libros...


martes, 19 de julio de 2011

Interrumpiendo la comunicación...

Durante buena parte de lo que queda del verano no podré contar con la comodidad de una conexión a internet en casa, me voy al pueblo y dependeré de la red wi-fi del ayuntamiento (que tampoco es que me vaya a Siberia eh!) así que prefiero utilizar el poco tiempo que me conecte para estar al tanto de vuestras bitácoras. Aún así procuraré actualizar el blog de vez en cuando compartiendo canciones, vídeos, fotos...por lo que si os apetece seguir pasando por aquí estamos instalando aire acondicionado en la limusina y la nevera está repleta de bebidas para combatir el calor.

Y si os fijáis, estrenamos conductor...nos leemos!!!

viernes, 15 de julio de 2011

(UNTITLED)


Corría el año 1970 y las cosas estaban así; hacía 2 años que la espantada de Chris Hillman había dejado a Roger McGuinn como único miembro original de The Byrds, un McGuinn que por entonces estaba concentrando sus esfuerzos en la puesta en marcha de una ópera rock de nombre Gene Tryp.

A los álbumes de la banda les costaba cada vez más encaramarse a los puestos altos de las listas pero por fín, en los albores de la nueva década, la nave que ahora pilotaba en solitario contaba con una formación estable que completaban Clarence White a la guitarra, Gene Parsons en la batería, estos dos en el grupo desde 1968, y el recién incorporado bajista Skip Battin, todos ellos multiinstrumentistas con la capacidad de componer y cantar.

Producido de nuevo por su viejo compinche Terry Melcher, el título que se barajaba era el profético Phoenix pero al parecer a la hora de rellenar las hojas de las sesiones de grabación en el apartado del nombre en lugar de indicar que estaba por decidir éste escribió ese "(Sin título)" y en Columbia pensaron que era el escogido y así se llevó a imprenta.

Originalmente doble LP, el primer disco esconde una grabación en directo que se abre con un tema inédito, "Lover of the Bayou" en el que The Byrds suenan más crudos que nunca, con un sonido propio de la década. Una nueva e increíble versión de Dylan, en este caso "Positively 4th Street" y la instrumental "Nashville West" dan paso a un set de "viejos" clásicos que se cierra con un "Eight Miles High" transformado en una polémica jam de 16 minutos que, guste o no, al menos reflejaba que McGuinn y los suyos no se iban a acomodar.



Pero si (Untitled) merece ocupar un lugar más alto en la historia es por su disco en estudio, de sonido limpio y atemporal merced a la "invisible" producción de Melcher. "Chestnut Mare" nos trae a los Byrds de siempre con su impoluta melodía y sus repiqueantes guitarras insuflando vida a la historia de una yegua indomable. Clarence White pone voz a "Truck Stop Girl", conmovedora composición de Lowell George sobre un camionero que sufre un accidente tras ser abandonado por su chica. "All the Things" destaca por sus delicadas armonías acústicas en las que participa un momentáneamente retornado Gram Parsons y "Yesterday´s Train", cantado esta vez por el batería Gene Parsons es un bellísimo tema country que cuenta con el mágico pedal-steel de Sneaky Pete Kleinow. Un crudo riff abre el himno ecologista "Hungry Planet" del que al instante se adueña una virtuosa guitarra acústica. "Just a Season" es la gema perdida de The Byrds, un tesoro oculto, pura ensoñación con una melodía y una Rickenbacker capaces de arrancar alguna que otra lágrima. Una nueva versión, esta vez del "Take a Whiff on Me" de Leadbelly nos conduce al final donde nos esperan la rootsy "You All Look Alike" y un nuevo tema compuesto por el prolífico Skip Battin, "Well Come Back Home" que transmite toda la rabia y  tristeza que le produjo la muerte en Vietnam de un antiguo compañero de instituto.

(Untitled) supondría un último éxito comercial para la banda californiana pero más allá de eso es un álbum al que se debería mirar más, de propiedades curativas, al que yo al menos sigo acudiendo una y otra vez.

martes, 12 de julio de 2011

POP POP ´TIL YOU DROP (BONUS TRACKS)

Aaaay, esos remordimientos...



Saturation - Urge Overkill: clase, glamour, elegancia...doce singles de éxito en potencia; que alguien me explique cómo no reventaron las listas.









Strength - Enuff Z´Nuff: melodías y coros beatlenianos mezclados con pirotecnia hardrockera, un buen lugar para perderse.




martes, 5 de julio de 2011

POP POP ´TIL YOU DROP (II)

Songs From Northern Britain - Teenage Fanclub: la mayoría de los laureles se los suele llevar o bien el-disco-de-título-impronunciable-y-peor-portada-de-la-historia o bien el mágico Grand Prix pero mi favorito desde siempre ha sido éste. ¿Razones? supongo que por mis querencias byrdsianas. ¿Más razones? no sé, supongo que por "Ain´t That Enough", "Start Again", "I Don´t Want Control of You", "Speed of Light", "Winter", "Your Love is the Place Where I Come From"...bueno, lo pilláis, ¿no? Canciones todas ellas que se te agarran al alma mientras te pellizcan el corazón y te acarician los oídos. Canciones ideales para recibir al verano pero también para despedirlo gracias a esa sensación de melancolía que se cuela sin avisar como la bruma que aparece en la orilla de la playa los últimos días de estío.


Weezer (aka The Blue Album) - Weezer: ¿hay alguien ahí?, ¿seguís leyendo?, puede que acabe de perder a los pocos lectores que se suben a esta limusina con cierta regularidad o peor aún, puede que David Lee Roth lea ésto y aparezca en mi casa para confiscarme los 6 primeros discos de Van Halen pero qué se le va a hacer, me encantan los dos primeros discos de Weezer. Y sí, han influído a multitud de bandas infumables las cuales con sólo citarlas aquí harían estallar el ordenador en mil pedazos y sí, parece que Rivers Cuomo y compañía se acaben de escapar de un remake noventero de Los albóndigas en remojo, pero no puedo resistirme a sus pildorazos de alt-pop tan encantadoramente 90´s.


Summerteeth - Wilco: es curioso pero la primera vez que escuche el tercer disco de la banda de Jeff Tweedy fuí incapaz de "entrar" en él, es más, lo abandoné a mitad de la escucha y cuando al día siguiente la retomé la cosa no mejoró. Tiempo después, al darle una segunda oportunidad, sin embargo, todo cambió y era como si llevara toda la vida con él y hoy día creo que si Wilco tienen una obra maestra es ésta. Un cancionero con multitud de ingredientes, de mil y una aristas y es que si se habla del Being There como del Exile de los 90, y siguiendo con las comparaciones fáciles, este Summerteeth podría ser su Album Blanco.


Hasta aquí el viaje a lomos de melodías y estribillos perfectos por la década que vió nacer a la oveja Dolly, ahora me toca lidiar con los remordimientos por no incluír tal o cual disco...bueno, siempre habrá sitio para un apéndice. 

martes, 28 de junio de 2011

POP POP ´TIL YOU DROP (I)

Los 90 no sólo nos dejaron obras maestras vestidas con camisas de franela a cuadros; ahí tenemos instituciones como los Black Crowes o The Jayhawks, outsiders como The Afghan Whigs o Blind Melon, luminarias como Jeff Buckley, herederos del punk-rock neoyorkino como D Generation...; por no hablar de que supuso la década en que colosos como Dylan o Young renacieron definitivamente de sus cenizas y artistas como Steve Earle, Tom Petty o Waits tuvieron a bien entregarnos algunas de sus mejores obras.

Pero si rebuscamos aquí y allá nos topamos también con una serie de artistas y bandas de lo más heterogéneo pero que contaban con un denominador común: el gusto por las melodías. Sin ánimo de ser exhaustivo ni original démonos un paseo por algunas de esas obras;

Girlfriend - Matthew Sweet: si alguien a quien acabáis de conocer tiene este disco en casa, no hay de que preocuparse, es de fiar. Cuando no había el exceso de información que sufrimos hoy día ni el acceso a todo tipo de contenidos era tan fácil e inmediato el nombre de Matthew Sweet solía llegar a tus oídos por primera vez como de casualidad, en forma de una conversación a la que llegas ya comenzada; su nombre nunca aparecía (sigue sin hacerlo) en ninguna lista de Los mejores discos de...y cuando el "rumor" definitivamente cobraba forma y se materializaba ante tí descubrías que sí, que azuzado por el fin de su matrimonio y espoleado por el comienzo de una nueva relación y recogiendo el espíritu de Brian Wilson, The Beatles o Big Star pero también del Neil Young de joyas como Zuma y haciendo contemporáneas esas referencias el bueno de Sweet nos había entregado el Blood On The Tracks del power-pop.


Third Eye - Redd Kross: probad a pasear por la calle mientras suenan "Love is not Love", "The Faith Healer" o  "Bubblegum Factory", comprobaréis que el entorno cambia, que todo lo que parecía mustio ahora rebosa vida y que las caras anodinas con las que os cuzabais hace un rato parecen otras y es que este Third Eye funciona a modo de antidepresivo, de máquina del tiempo que te traslada a un mundo de adolescencia dorada. Monumento a la cultura pop que comienza ya desde su portada, con sus secretos y claves(Sofia Coppola incluída) y las referencias que pueblan las letras de las canciones, desde El Planeta de los Simios a Kim Gordon, pasando por bandas de culto japonesas y Abba. Pero ante todo homenaje a la década que encumbrara a Kiss y a la nostalgia sixties a base de una irresistible combinación de riffs y melodías tomadas de una y otra, acompañadas de teclados de otro planeta... y sin olvidar el guiño vocal a Paul Stanley en la apoteósica "1976".

All Shook Down - The Replacements: que si estos no son The ´Mats, que si es un disco en solitario de Paul Westerberg, bah! tonterías, estamos ante una deliciosa colección de temas entre el pop y el folk, crudas y sinceras, marcadas por el paso del tiempo y el desengaño y en las que las aportaciones de invitados de lujo como John Cale, la cantante Johnette Napolitano o el heartbreaker Benmont Tench no hacen más que embellecer el trabajo compositivo de un Westerberg enfundado definitivamente en la piel de su admirado Alex Chilton. Una colección de canciones de marcado carácter autobiográfico, vehículo ideal para la voz de, citando a Gram Parsons, grievous angel de un Paul Westerberg consciente de que había llegado el fin de una aventura que espero la historia algún día ponga en el sitio que le corresponde.



Continuará...